Capítulo 7: Balance existencial

Se acerca el fin de año, el 2010 nos abandona para dejar paso al nuevo 2011. Y ahora toca hacer balance sobre lo que hemos ganado y perdido durante este 2010. Hacer memoria para no olvidar, pero sobretodo, para mirar hacia el futuro, hacia esa nueva página por escribir.

2010 empezó con muy mal pie: otro fracaso personal volvía a ponerlo todo patas arriba. No solo porque perdí a una amiga, tambien perdí parte de mi esperanza, mis ilusiones. Aunque aún me quedan los recuerdos, mi memoria, que como siempre, intentarán que la historia no se repita.

Luego, vino la nieve, las duras clases, la rutina que volvió a taparlo todo en su dulce sueño. Pero en mayo de 2010 el sueño fue interrumpido con un gran golpe: el golpe de mi cuerpo con el parachoques de un coche. En esa misma acera ya perdí mi inocencia hace tiempo, pero me la volvieron a arrebatar, junto a mi mp3 (se debió perder en la caída). Pero aún malherido, seguía vivo. Volví a la rutina, algo más cansado, pero igual que antes, como siempre.

Y al fin, llegó el verano. Empezó a finales de mayo, tras una escapada fortuita con la clase, las cosas empezaban a parecer diferentes, menos oscuras, más luminosas. La llama de la esperanza olvidada parecía brillar en la lejanía.

Luego vinieron las vacaciones, y con ellas, el cambio. Un cambio que quizá debió empezar mucho antes, pero que al final llegó. Entremedio, mi viaje a Canarias, donde volví a mi pasión de fotografiar y vi en directo a Ismael Serrano. Un descanso bien merecido que me ayudó a poner las cosas en su sitio y aclarar algunas ideas.

De vuelta a mi tierra, sufrí una transformación total: conseguí un trabajo (aunque enchufado, trabajo), remodelé mi habitación (con mensajes en las paredes) y mi look se adultizó con una perillas y unas gafas. También me cambió el viaje a Tárrega, ver nuevos mundos y reecontrarme con ese niño que creía silenciado. Esta nueva visión me llenó otra vez de esperanza y ganas de empezar una nueva etapa, la que ahora estoy escribiendo.

En ella, he seguido cambiando, haciendo cosas q nunca creí posibles: como la convivencia. No era, como ya había predicho, pacífica, pero almenos convivimos. Y de vez en cuando nos soportamos y salimos de fiesta. Eso es algo que tambien me ha cambiado.

Por lo que puedo ver hasta ahora, sigo cometiendo los mismos errores de siempre: no llamo las veces que tendría que llamar, ni hablo lo suficientemente alto para que se me escuche (excepto aquí). Sigo cultivando mis muchos vicios, al igual que mis pocas virtudes, y creo q debo empezar a buscar un equilibrio. También he empezado a perder el miedo a pedir telefonos ajenos, que aunque siga siendo un desierto, ahora parece tener más agua. Sigo aprendiendo, sigo creciendo, sigo haciendome más fuerte, poco a poco, escribiendo mi camino.

Hacia un nuevo 2011.

No puedo prometer nada (más que nada, por miedo a no cumplirlo), pero quiero estar seguro que intentaré:

1-Trabajar más i descansar menos

2-Decir lo que tengo q decir (o vomitarlo, vamos)

3-Seguir escribiendo, porque es mi pasión, lo que me mantiene vivo, lo que me hace seguir adelante. Que en fondo sois vosotros, los que me leeis.

Gracias y feliz 2011!!!

CONTINUARÁ…

PD/ Perdón x la longitud de esta publicación, pero resumir el 2010 no es fácil.

PPD/ Alguna vez tenia que salir, así que os dejo con Ismael Serrano:

Un comentario en “Capítulo 7: Balance existencial

  1. Esperem que el 2011 ens millori, tant a nivell personal, com a nivell conujnt i social!

    Ens anem trobant on-line! Que passis un bon cap d’any i una millor entrada d’any!! 🙂

    Me gusta

Deja un comentario